Cuando Banorte se quedó con IXE
"Era lo mismo, pero no era igual": un breve recuento de cómo IXE pasó a ser parte de Banorte
En la edición de hoy destacamos además a la country manager de PayJoy (una de las SOFOMes más grandes en México) y hablamos brevemente de los nuevos servicios financieros de 7-Eleven en EUA, del posible neobanco de Sabadell y de los bancos más populares en el segmento de 18-34 años (en EUA).
Don Roberto González Barrera tenía claro que las fusiones y adquisiciones eran la forma de crecer.
El Banorte que él compró en los años de la privatización —respaldado por empresarios como Javier Martínez Ábrego y José Garza Montemayor—era más bien pequeño. Pero después de varias transacciones, incluyendo las adquisiciones de BanCentro, BanCrecer y Banpaís, Banorte había llegado ya a otro nivel.
A los bancos americanos les llamaba la atención Banorte. A Don Roberto lo habrían buscado en aquellos años desde Bank of America y JP Morgan, hasta Wells Fargo. Él rechazaba a todos. Quería seguir creciendo.
El entonces director general corporativo de Banorte, Joaquín López-Dóriga López Ostolaza —quien tenía muy buena relación con Javier Molinar y Enrique Castillo— fue probablemente quien comenzó a cabildear la idea de comprar a IXE.
Inicialmente no parecía haber mucho interés, pero esto cambió cuando Patricia Armendáriz, quien estaba como independiente en el consejo de Banorte, creyó que sí hacía sentido una transacción de este tipo. Don Roberto ya le había comentado varias veces que les acercara cualquier oportunidad de compra que se cruzara por su camino.
Por su parte, Enrique y Javier estaban conscientes de lo difícil que sería seguir creciendo a IXE. El crecimiento de las redes comerciales estaba costando mucho dinero, y habían invertido ya muchísimo en las plataformas para operar tarjetas de crédito y mercados. Para poder alcanzar los límites de capitalización de Basilea, recientemente habían emitido unos bonos subordinados estructurados por Goldman Sachs.
Gracias a Patricia, habrían empezado los acercamientos serios para tratar de llegar a un acuerdo. Don Roberto quería a IXE. El precio no era realmente un issue. Para él, al menos.
Javier y Enrique —dos tiburones en el mundo empresarial— querían tres veces el valor en libros. Banorte era ya una empresa pública y cotizaba a un menor múltiplo. Era imposible que pagara algo así: el mercado no se lo permitiría.
En el equipo de Banorte había más bien sentimientos encontrados. Sí, para algunos sí era un deal que generaría valor para el banco, pero al precio correcto. Otros simplemente no le veían el atractivo. IXE tenía un buen posicionamiento, sí, pero la realidad era que su rentabilidad era muy baja. Su red de sucursales era cara y Banco Deuno, su iniciativa para atender un segmento más masivo, recientemente había fracasado (y todavía estaban lidiando con sus costos).
IXE Banco había sido creado en 1994 con la idea de especializarse en un segmento más bien premium. Su modelo, alegaban, siempre fue el desarrollar una banca de relaciones y no de productos. Esto se reflejaba, por ejemplo, en que el saldo promedio de sus clientes era prácticamente cinco veces más que el saldo promedio de los bancos en el país.
Diez años después de su fundación, IXE se había convertido ya en un jugador reconocido dentro de la banca nacional, que por lo general figuraba dentro del top 10.
Con Enrique Castillo como presidente del consejo y Javier Molinar en la dirección general del banco, no paraban de crecer. Entre 2006 y 2009, su cartera de crédito pasó de $800 millones de dólares a casi $1,900 millones y los depósitos de $950 millones, a más de $2,000 millones de dólares. En este período el número de clientes había pasado de menos de 100,000 a 235,000, y el número de empleados ascendía a 3,167.
Como contexto, en aquellos años estaba un poco por encima de Banregio, tanto en depósitos como en cartera.
Claro, estas cifras estaban muy lejos de las de Banorte. El banco de Don Roberto era ya el tercero más grande en México, con una cartera cercana a los $20,000 millones de dólares y depósitos de más de $21,600 millones. Solamente Bancomer y Banamex eran más grandes (y el siguiente en la tabla era Santander).
Quedarse con IXE le permitiría a Banorte separarse un poco más de Santander y acercarse a los dos líderes —aunque no era suficiente para alcanzar a Banamex. Esto era importante para Don Roberto. A su equipo, por otro lado, le atraían dos cosas en particular.