En el año 2008, y de la mano de Visa, Liverpool lanzó al mercado su producto de tarjetas de crédito —una apuesta que terminaría convirtiéndose en un segmento sumamente relevante para el retailer mexicano. Tanto así, que para el cierre del año pasado la división de servicios financieros ya era responsable de más del 30% de la utilidad operativa y de poco más del 20% de los activos de la compañía.
Al cierre del primer trimestre de este año, la tienda departamental ya cuenta con más de 7 millones de tarjetas y cerca de $55 mil millones de pesos en cartera de crédito — posicionándolo como el tercer jugador más grande del mercado en cuánto a plásticos y el quinto con respecto a saldos de cartera.
De acuerdo a datos publicados al cierre del primer trimestre de este año, el tamaño del portafolio de tarjetas de crédito de Liverpool sería prácticamente idéntico al de Banorte.
Según datos de la propia empresa, casi la mitad de las compras en sus tiendas son realizadas a través de sus tarjetas —una cifra que sería por lo tanto equivalente a $87 mil millones de pesos durante 2023. Comparando estos números contra los reportados por las cámaras de compensación, implicaría que 7 de cada 100 pesos de transacciones con tarjetas en grandes superficies (grandes cadenas de autoservicio y tiendas departamentales) habrían sucedido con una tarjeta Liverpool.
El peso que tiene Liverpool en el mercado de tarjetas es algo que en ocasiones pasa desapercibido. Quizá porque cerca del 78% de su portafolio proviene de clientes que se ven restringidos a utilizar sus tarjetas exclusivamente dentro de las tiendas de la propia empresa.